WARACHICUY, LA GRADUACIÓN DE LOS GUERREROS INCAS
Todos los años, la explanada de Sacsayhuamán es escenario de la más exigente competición que se realiza en el Cusco: el ritual del Warachicuy. Presenciado usualmente por más de diez mil personas, entre turistas nacionales y extranjeros, se trata de una celebración de origen inca que contiene las más duras y arduas pruebas de destreza física, y que sirve como ceremonia para marcar el paso simbólico de la adolescencia a la madurez de los nuevos guerreros del Imperio. El ritual militar sobrevivió a los años y todavía se escenifica hoy en la Ciudad Imperial.
En los tiempos del Tahuantinsuyo, cientos de jóvenes se preparaban con meses de antelación para demostrar sus mejores habilidades y, así, confirmar que se encontraban aptos para formar parte del ejército inca. De esta manera, a los que resultaban vencedores, se les colocaba una wara o taparrabo que representaba el honor y el rango con el cual serían reconocidos en el futuro.
El ritual
La ceremonia militar estaba basada en cumplir rigurosamente una serie de pruebas de coraje, valentía y habilidad a través de combates, ejercicios físicos y competiciones. Quienes culminaban con éxito el certamen, recibían una distinción y el reconocimiento por parte del emperador inca. El Warachicuy también medía la madurez psicológica, espiritual e intelectual de los jóvenes participantes, quienes eran entrenados desde los 12 años para que, una vez cumplida la mayoría de edad, puedan participar de la competencia.
Entre las pruebas más importantes estaban las construcciones de puentes y caminos, soportar varias horas ayuno, atravesar noches en vigilia, así como también combates cuerpo a cuerpo. De esta manera, los vencedores demostraban que estaban listos para enfrentar toda clase de situaciones extremas y riesgosas.
El Warachicuy en la actualidad
Hoy en día, más de mil jóvenes estudiantes del emblemático Colegio Nacional de Ciencias del Cusco son parte de la escenificación, la cual se lleva a cabo en el Sacsayhuamán, por lo que es uno de los eventos de mayor relevancia en la región. Los menores de edad (quienes no forman parte de la competencia) son los encargados de iniciar la ceremonia vestidos con trajes típicos y bailando danzas andinas.
Posteriormente, los jóvenes mayores continúan con el ritual que incluye exigentes pruebas de velocidad, como carreras con obstáculos; también concursos que miden la fuerza y la resistencia, como el juego de la soga. Asimismo, los participantes deberán probar su puntería, saltar a través de aros de fuego, ganar carreras de pasamanos y atravesar puentes colgantes.
Al final de las pruebas, con las palabras que pronuncia el gobernador inca: “¡Haylliy wayna inkakuna!” (frase en quechua que significa ¡Triunfo, jóvenes incas!), los participantes son bienvenidos y marcados por el paso a la edad adulta.
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